Batman Rebirth Vol.2 (yo soy suicida)

Guión: Tom King
Dibujo: Mikel Janín
Color: June Chung
Edición original: DC Comics
Edición nacional: ECC Ediciones
Contenido: Batman Rebirth 9-13 USA
Reseña:
La etapa de Tom King al frente de Batman sigue su curso de manera más que fluida. Tras el primer arco de introducción y los números dedicados al crossover más forzado y precipitado de Renacimiento, llegamos al punto en el que la colección coge madurez y se asienta como una de las colecciones más interesantes del mercado actual. La metodología clásica utilizada en la primera historia se abandona para dar paso a una narración contemporánea. King sigue experimentando con las posibilidades que ofrece el medio, tanto narrativa como artísticamente para traernos una historia de extracción cargada de sorpresas.

En la historia nos encontramos con Batman reclutando un variopinto grupo en Arkham para una misión suicida en Santa Prisca, la isla de Bane. Necesita al Psico-Pirata para que Claire consiga estabilidad mental, pero la misión no será nada sencilla. El peso de la historia radica en la psicología del equipo que acompaña a Batman. Es admirable la magnífica utilización de los secundarios en esta historia. Personajes que a lo largo de los años han tenido apariciones concretas pero que nunca han gozado del éxito de los principales exponentes de la galería de villanos de Batman. Me ha gustado mucho la exploración de la mente del Ventrílocuo, un hombre sumiso dominado por Scarface, la marioneta que lleva en el brazo. Muchos locos han atacado a Batman a lo largo de los años pero este siempre me ha resultado muy interesante. Él está sometido a sí mismo, a una parte enferma y oscura de su cerebro. Su aparición final es excelsa, la manera en la que desarma al Psico-Pirata y cómo vuelve a utilizar su mano tras su aparente rehabilitación es magnífica, a la par de siniestra. La idea de hacerle inmune a la manipulación de emociones del Pirata es realmente buena.

Todos recordaremos al Psico-Pirata de Crisis en Tierras Infinitas, su poder era tal que podía enloquecer a un Dios. Desde aquella maravillosa aparición ha estado presente en distintos puntos de la historia de DC Comics, pero nunca con un protagonismo aceptable. Por ello volver a verle en acción es todo un placer para los fans de DC, todo gira en torno a él pese a no entrar en acción hasta el final.

Lo mejor del arco es, sin ninguna duda, la relación establecida entre Bruce y Selina. Podría haber escrito “entre Batman y Catwoman” pero no, son los álter ego mostrando su verdadero ser, desnudándose sentimentalmente y fundiéndose en una relación imposible. Llega un momento en el que uno desea tanto algo que es capaz de destruir las barreras que lo frenan. La tortura y el pesar interno les acompañan desde hace años, impidiéndoles ser felices, pero ¿qué pasa si compartes esos sentimientos con alguien que los entiende ya que también los sufre? Los diálogos de King entre ambos personajes, las conclusiones a las que llegan y la forma en la que se despojan momentáneamente de la máscara que cubre sus verdaderos seres son magníficas.

Tom King se está convirtiendo en uno de los escritores que mejor entiende la naturaleza del personaje. Historias de Batman haciendo de Batman, rompiendo brazos y espaldas para lograr lo que quiere hay muchas, pero pocas capaces de mostrarte el trasfondo del personaje mientras rompe esas espaladas. No hace falta utilizar “captions” explicando cómo mola Batman y cómo rompe espaldas si ya lo estás viendo. Puedes utilizar la narración escrita para contar otra cosa mientras el dibujo muestra al espectador cómo avanza la historia. Eso es lo que hace Tom King en esta historia, para ello cuenta con un socio formidable, Mikel Janín, uno de los dibujantes que mejor sabe plasmar el movimiento en sus páginas. King utiliza el dinamismo artístico de Janín para llevar a cabo una doble narración de lo más interesante. No necesitas el dibujo para entender lo que escribe King y no necesitas la escritura para entender lo que dibuja Janín. Su trazo es maravilloso, limpio y veloz. Sin lugar a dudas es uno de los mejores dibujantes del momento y tal y como sucedía en el primer arco con David Finch está realizando su mejor trabajo hasta la fecha. Siendo Janín bastante superior a Finch. La encargada del color es June Chung, realiza un muy buen trabajo aplicando una pigmentación distinta a lo habitual para este tipo de historias. Su paleta de colores mate le da una ambientación a la historia que permite ser reconocible al momento. De entrada no era una tonalidad que me gustase, pero con el paso de los números me ha ido gustando cada vez más porque conecta muy bien con la limpieza minimalista de su trazo.

Finaliza otra buena historia de Tom King, su enésima buena historia. Para la siguiente tenemos una asociación con Mitch Gerads para explorar lo que llevo años esperando, la relación entre Batman y Selina. 
Resumen:
-Batman debe montar su peculiar Escuadrón Suicida antes de ir a Santa Prisca, para hacerlo acude al asilo de Arkham. Los escogidos son el Tigre de Bronce, Jewelee, Punch, Wesker (el Ventrílocuo) y Catwoman.

-Elaboran un complejo plan para llevarse al Psico-Pirata, es el único que puede ayudar a Gotham Girl. Aparentemente Selina les traiciona, pero resulta ser un engaño para romperle la (maldita) espalda a Bane.

-El único que puede acabar con el Pirata es Wesker, no puede modificar sus emociones porque ya están controladas por Scarface. Le noquea y Batman consigue llevárselo.

-El uso de las emociones del Psico-Pirata le permite a Bane dejar su particular Veneno. Sin él se ve obligado a volver a recurrir al Veneno, quiere recuperar al Pirata y vengarse de Batman, viajará a Gotham para conseguirlo.

-El equipo al completo junto al Psico-Pirata consigue volver a Gotham sano y salvo. Selina y Bruce quieren estar juntos, pero las circunstancias que les rodean se lo impiden. Llegan a besarse y a expresar sus sentimientos pero él se ve obligado a devolverla a las autoridades. Será juzgada por el asesinato de más de 200 personas.

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