Batman Rebirth Vol.3 (Azoteas)

Guión: Tom King
Dibujo: Mitch Gerads
Edición original: DC Comics
Edición nacional: ECC Ediciones
Contenido: Batman Rebirth 14-15 USA

Reseña:
Los que me conozcáis o hayáis leído mis análisis de los anteriores arcos argumentales de la presente etapa de Batman, sabréis que lo que está haciendo Tom King con el personaje me parece una maravilla. Hasta el momento hemos tenido historias en las que la pelea no era lo importante, sino que era una excusa para profundizar en la condición humana tanto de Bruce como de Batman. Al hacerlo también exploraba y trabajaba en el desarrollo de personajes secundarios que nunca han tenido el foco sobre su rostro. Los resultados de tal iniciativa han sido más que satisfactorios, dejando momentos y escenas para el recuerdo. Uno de esos momentos fue la conversación que mantienen Selina y Bruce durante el asalto a Santa Prisca, ese dolor y humanidad debajo de los trajes me parece conmovedor. Comparten su verdadero ser, se desnudan emocionalmente el uno ante el otro para llegar a la conclusión de que son iguales y por ello podrían tener una relación. Pero por sus respectivas cruzadas, promesas y obligaciones no terminan de poder hacerlo. No olvidemos que King está desarrollando estos conceptos tan bonitos en Batman, ojo, el personaje más badass que existe. Y si bien es cierto que en ciertos casos utiliza el pretexto “es el p*** Batman” no es la tónica general de su etapa. Hemos tenido mucho de eso a lo largo de los años, en la etapa de Snyder sin ir más lejos, pero poco desarrollo emocional y humano. King está llevando el mito del cruzado enmascarado mucho más lejos de lo habitual, ahondando temas que por regla general no se han atrevido otros autores. A su etapa todavía le quedan muchas aventuras y sucesos pero ya me aventuro a decir que es uno de los autores que mejor entiende al personaje y más bien ha hecho por él.

Hace unos años tuve ocasión de leer Silencio de Jeph Loeb y Jim Lee, el cómic tiene sus excesos pero lo disfruté muchísimo, principalmente por la relación que se establece entre Batman y Catwoman. Termina de manera ambigua, dando pie a una continuación de ese noviazgo, pero nunca llegó, por lo menos no con el tono que Loeb les dio a los personajes. Pero tal y como dice la mítica frase popular, “nunca digas nunca”, porque un día puede llegar Tom King y escribir aquello que llevas tanto tiempo esperando que dudabas que algún día lo verías. Además no solo plantea una relación entre ambos sino que lo hace con mejores argumentos y situaciones que Loeb.

En las últimas páginas de “Yo soy suicida” se planteó su posible relación, pero este pequeño arco de dos números se dedica en cuerpo y alma a mostrarnos esa conexión. Es sugerente, es sensual, es sentimental, lo tiene todo. Pero la historia no es solo “Bruce y Selina pasan una tórrida noche bajo la luz de las estrellas y el humo nocturno de Gotham”, es mucho más, es el planteamiento de una historia que más adelante tendrá continuación. De la resolución de ese caso depende el futuro de su relación y el statu quo de Selina que de momento es una criminal en busca y captura a la que le espera la cadena perpetua.

King es un magnífico explorador del medio, por ello en cada una de sus historias es capaz de exprimir el talento del artista que le acompaña, hasta el punto de hacerle llegar a cotas de calidad que todavía no habían alcanzado. Sabe modificar sus historias y guiones y adaptarlos al estilo y el potencial del dibujante. Pero no sólo le gusta innovar y juguetear con las posibilidades del cómic, también es un amante de la narración clásica. En varias de sus obras ha utilizado el “modelo Watchmen”, páginas con una formación 3x3 de las viñetas. En estos dos números cuenta con Mitch Gerads, uno de sus sospechosos habituales. En el Sheriff de Babilonia ya mostraron su buena dinámica de trabajo, así que King no desperdicia la ocasión de poner en práctica esa simetría de 9 viñetas.

En el arco anterior os hablaba de lo especial que es el arte de Mikel Janín, aquí podría hacer lo propio con Gerads. Esas escenas en las azoteas con el cielo verdoso estrellado son maravillosas. Actúa como artista completo, imprimiendo un coloreado a su trazo que marca diferencias. Detalles tan simples como el tono de las gafas de Catwoman le dan a la historia una identidad muy marcada, haciéndolo reconocible al momento. Otro de sus puntos fuertes es el dinamismo, pero a diferencia de Mikel Janín, lo que es móvil y cambiante no es la posición de los protagonistas, sino la expresividad de sus rostros y la facilidad con la que se integran en los fondos.

Esta aventura es tan solo un alto en el camino, en los próximos números veremos el final de la historia de Bane, la que pondrá fin a la primera parte de la etapa de King. Regresa David Finch, ya comenté que está en uno de sus mejores momentos, pero tras Janín y Gerads cuesta volver a un estilo más mundano como el suyo. Pero me gusta que se vaya variando de estilo de dibujo.

Estos han sido los momentos que más me han gustado:

-El cambio de registro artístico de Gerads para rememorar los primeros encontronazos entre ambos personajes.

-La sinceridad con la que confiesan sus sentimientos entre ellos.

-“Quiero esta noche, pueden quedarse con mi vida, pero esta noche es un diamante
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Bruce: “Ella la ha robado”

Alfred: “¿Qué es lo que ella ha robado, señor?”

Bruce: “La noche, Alfred. Ha robado la noche”

Resumen:
-Tras su misión en Santa Prisca, Batman debe entregar a Selina a Blackgate para que cumpla cadena perpetua. El éxito de la misión la libra de la ejecución y de tener que regresar a Arkham.

-Pero la conexión sentimental que se estableció entre ambos en el último número ya no se puede interrumpir. Conocen sus verdaderos seres, los aceptan y se quieren. Es la única manera de que sean felices y de que puedan hacer aquello que quieren. Ella le pide una noche, una noche para ellos.

-Detienen a toda una galería de pequeños villanos de Batman, haciendo lo que él debe hacer. Posteriormente hacen lo que a ella le gusta hacer, no lo que debe, roban una figura de un gato que esconde diamantes en su interior. Está en un apartamento a nombre de Holly Robinson, Selina dice que es suyo.

-Tras un momento romántico pero desenfrenado en la azotea, Selina fiel a su naturaleza se escapa, obligando a Batman a perseguirla, finalmente la pierde. Para encontrarla decide seguir la pista de Holly Robinson. Encuentra a una chica que responde a ese nombre, dice no saber de qué va todo aquello y de repente le raja el cuello a Batman. Cuando parece herido de muerte aparece Selina que le lleva a la Batcueva.

-Le cuenta toda la verdad a Alfred mientras Bruce sigue inconsciente. La culpable de los 237 cargos de asesinato tras la destrucción del orfanato no es ella sino su amiga Holly Robinson. Se trata de una joven que aprendió a luchar junto a Selina, cuando destrozaron su orfanato se tomó la justicia por su mano, eliminando a todo aquel que estuviese involucrado. Se inculpo a sí misma para defenderla, Catwoman termina escapando de nuevo, al igual que Holly Robinson, quién ahora responde al nombre de Catherine Turley.

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