Estrenos Image Comics e indies julio 2018

The New World
Argumento: chico rebelde (hacker) conoce a policía que aparece en un reality show. Ambos están hartos del sistema, cada uno a su manera, y de manera casual se verán inmersos en una lucha contra el mismo.


Reseña:
Ales Kot vuelve a la caga con su segundo estreno de 2018, después de Days of Hate. Esta vez lo hace con una aventura de ciencia ficción futurista, ubicada en unos Estados Unidos fragmentados por una guerra civil.
Su planteamiento central toma la idea de Romeo y Julieta, tal y como hiciera Saga años atrás, mostrándonos a dos jóvenes que pertenecen a entornos distintos, pero cuyo amor o pasión, les llevará a enfrentarse a todo por tal de salvar al otro. Por lo visto en este primer número es arriesgado hablar de una relación de amor entre los personajes. Será interesante ver si la colección termina tirando por ese lado, lo cual parece lo más normal, o si por el contrario opta por desarrollar entre ellos una relación sexual de amistad, ya sabemos que Kot no es dado a los convencionalismos.
La historia está contada de manera dinámica y natural, haciendo que la lectura de este número doble sea fluida. Está estructurado en dos bloques, mostrando el enfoque de los dos protagonistas, hasta el punto de la convergencia. El desarrollo es previsible, pero funciona adecuadamente, gracias a la inteligente conclusión del número.
El apartado gráfico es lo más sorprendente de la historia, Tradd Moore utiliza su estilo pop para hacer de esta colección algo especial. El estilo caricaturesco y cartoon del trazo de Moore hace que los diseños futuristas de los personajes y sus expresiones faciales sean una delicia. Las páginas están cargadas de formas sencillas, pero los fondos y los espacios están tremendamente detallados. Su apariencia plana contrasta con el relieve y las texturas que le da a la ropa y al entorno, con su limpieza consigue que las viñetas respiren pese a todos los elementos que aparecen. A todo ello contribuye el magnífico color de Heather Moore, la cual me recuerda a Muntsa Vicente, lo cual siempre es algo positivo.
No estamos ante uno de los trabajos más personales de Kot, en términos de metafísica y psicodelia, pero que su apariencia pop no os engañe, en el mundo que nos muestra encontramos varias referencias a los tiempos actuales, tanto culturales como sociales. Se muestra más sutil que en Days of Hate, pero no renuncia a su esencia ni a sus inquietudes. Las reflexiones profundas que hace Kot a través de los personajes y del propio entorno sobre el que se construye la historia son muy enriquecedoras.

She Could fly
Argumento: la aparición de una superheroína sobrevolando los cielos de Chicago captará la atención de Luna, la cual sufre de problemas mentales y lucha día a día por seguir adelante.


Reseña:
Un cómic complicado de leer, no por que sea denso o tedioso, sino por la dureza de lo que se relata. La situación personal que vive la protagonista es realmente dolorosa, sufre un trastorno conocido como OCD, el cual le genera una serie de pensamientos negativos y visiones en las que hiere a sus seres queridos. La historia transmite muy bien lo dramática que es su vida y la ansiedad que tiene que superar día a día para seguir adelante. En una carta al final del número, el propio escritor (Christopher Cantwell) confiesa que él padece dicha enfermedad, por lo tanto ha vivido muchas de las situaciones que plasma en el cómic. La generosidad de Cantwell con el lector es realmente admirable, desnudándose metafóricamente ante él. En cuanto al argumento de la historia, más allá de la protagonista, poco se ha mostrado en este primer número. Al parecer tendremos una historia con conspiraciones detrás de la superheroína que sobrevuela Chicago. Esta es la parte que menos me ha llamado la atención, hemos visto varias historias con corporaciones y estados detrás de los superhéroes, tanto en su creación como en su intento de controlarlos o erradicarlos. Todavía está por ver el camino que seguirá el cómic, pero son tan solo 4 números, así que no habrá mucho espacio para ampliar esta historia, la cual forma parte del sello Berger Books, perteneciente a Dark Horse.

DieDieDie
Argumento: el gobierno tiene un nuevo departamento que se encarga de eliminar de manera silenciosa a los criminales que amenazan con acabar con la tranquilidad del país. Cuando uno de sus agentes es perseguido por fuerzas desconocidas, tendrán que movilizar sus "tres" fuerzas.

Reseña:
Robert Kirkman es extravagante en la forma y el fondo de todas y cada una de sus colecciones. Hace unos meses os hablé del primer número de Oblivion Song, la cual suponía el regreso de Kirkman a un número uno tras un tiempo centrado en sus colecciones clásicas. En dicha ocasión decidió publicar el #1 en Estados Unidos al mismo tiempo que publicaba el primer arco completo en el resto del mundo, una decisión de lo más extraña. En julio volvió a la carga con otra nueva colección, para sorpresa de todo el mundo, no porque publicase dos nuevas colecciones en el mismo año, sino porque no se anunció ni se promocionó hasta el mismo momento de su salida en librerías, una decisión todavía más extraña que la anterior. El propio Kirkman explicó que con esta decisión quería que los lectores volvieran a experimentar la sorpresa de antaño, llegando a las librerías sin saber lo que se encontrarían esa semana. Con estos comentarios Kirkman critica el modus operandi de la industria actual, encabezada por Marvel y DC, dónde todo se promociona masivamente con meses y meses de antelación. La corriente actual le quita fuerza a los estrenos, puesto que para cuando se publica un #1 ya es obsoleto porque ya se ha anunciado otro para de aquí tres meses. En cuanto al cómic en sí, nos encontramos con un entramado político dentro de una historia de espías y agentes especiales/mercenarios con distintos intereses. Puede parecer trillado, pero la apuesta de Kirkman y Gimple es inteligente, utilizando algunas técnicas narrativas interesantes. Por ejemplo, muestran las posibles consecuencias de las decisiones de los protagonistas, y la manera en la que los sucesos van evolucionando conforme se cambia alguna variable del plan, hasta dar con la combinación perfecta.
Desde la portada dejan claro que el cómic hará de la violencia y la acción su mejor baza, algo comprensible teniendo en cuenta que el dibujo corre a cargo de Chris Burnham. El artista narra las persecuciones de una manera demencial, en el buen sentido, como si estuviésemos viendo una película de Misión Imposible.

Relay
Argumento: en un futuro desarrollado en el que los viajes espaciales están a la orden del día, las civilizaciones de cada planeta están unificadas bajo la creencia en un monolito. Los planetas depositan su fe en él o son destruidos por los agentes del "Relay". La búsqueda y posible encuentro del profeta de esta particular religión significará el retorno de las libertades y la fe completa en ella.

Reseña:
Poco a poco Aftershock se va asentando entre las editoriales del mercado independiente estadounidense más importantes. En sus inicios sus propuestas no terminaron de ser de mi interés, pero últimamente están publicando cosas realmente interesantes y un poco más alejadas de lo convencional. Esta vez estamos ante una colección de ciencia ficción clásica, con varias reminiscencias a la obra de Philip K. Dick, tal y como los mismos autores remarcan al inicio. El espacio, la tecnología y el diseño futurista sirven como marco para contar una historia con fondo metafísico que da lugar a profundas reflexiones. En consecuencia no es una lectura sencilla, aunque tampoco se muestra especialmente densa en esta primera entrega. En cambio el número 0, publicado en el especial del "Free Comic Book Day", sí es más tedioso, dado que incide en el funcionamiento y el significado del monolito. El dibujo de Andy Clarke, junto al color de José Villarubia, es fundamental para que el lector entre al mundo que propone la historia. Las calles de la ciudad, inundadas de rascacielos, gente, vehículos y pantallas hacen que el entorno esté un tanto recargado en términos de narrativa, pero visualmente es una maravilla. La estética cyberpunk, heredera de Blade Runner o de Total Recall era obligada para una obra como esta y Clarke cumple con creces.

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