Testigo Accidental (1952)

Cuando descubrí esta película pensé que se trataba de una producción secundaria poco relevante, sin embargo, leyendo sobre ella vi que eso no era exactamente así, pues entre los fans del noir clásico está bastante bien considerada. Ya he comentado en varios posts que la serie B estaba íntimamente relacionada con el noir, y esta película es un buen ejemplo de esa unión, pues con medios realmente escasos consiguieron sacar adelante toda una joya. Es verdad que sus limitaciones son evidentes, así como algunas extravagancias del cine y la sociedad de la época, pero eso no le resta valor al resultado final, que es más que correcto.

The Narrow Margin (Testigo Accidental) fue dirigida por Richard Fleischer, polivalente y longevo director que trabajó en multitud de géneros y estilos, destacando en Tora! Tora! Tora!, Impulso Criminal (junto a Orson Welles), Conan el Destructor o The Vikings, con Kirk Douglas. El guion (nominado al Oscar) corrió a cargo de Earl Felton, habitual colaborador de Fleischer, adaptando una novela corta de Martin Goldsmith, el autor de Detour, comúnmente considerada la mejor película de serie B de la historia.

En el elenco no tenemos grandes nombres, de hecho, de primeras, incluso los protagonistas son poco conocidos, aunque sus trayectorias son de lo más interesantes. La carrera de Marie Windsor estuvo marcada por la eterna promesa de ser la próxima gran estrella de Hollywood, la nueva Joan Crawford, pero nunca tuvo la oportunidad de brillar. Aun así, sus magníficas interpretaciones en Testigo Accidental y en Atraco Perfecto (Stanley Kubrick) la inmortalizaron en la mente de los fans del noir. Charles McGraw fue una constante entre los secundarios en las películas de los 40 y 50, gozando de pocos roles protagonistas. En clave noir apareció en Fuerza Bruta (Jules Dassin), Los Forajidos (Robert Siodmak) y en buena parte de la filmografía de Anthony Mann (T-Men, Border Incident...). Posteriormente llegaron Espartacus, Los Pájaros, Johnny cogió su fusil y Cometieron Dos Errores, la primera película de Malpaso, la productora de Clint Eastwood, con quien comparte algunas escenas.

El argumento se construye alrededor de Walter Brown (McGraw), el detective de la policía encargado de escoltar y proteger a la viuda del jefe del hampa (Windsor), la cual debe comparecer como testigo en un juicio contra la banda criminal. Durante la operación el policía debe lidiar con los matones de la mafia, desde la recogida en Chicago hasta la llegada a Los Angeles, sin olvidarnos, claro está, del trayecto en tren, la clave de la película. Las interacciones entre ambos personajes son lo mejor de la película, con conversaciones puramente hard boiled, duras y cargadas de cinismo. Las afirmaciones del tipo duro, sacando a relucir la vileza de la femme fatale, frente a la frialdad de ella, atacando su masculinidad, su rectitud y superioridad moral. Indirectas sarcásticas cargadas de humor negro y burla. En todos esos momentos Windsor está muy acertada, con su mirada punzante y su gesto desafiante, sabiendo que por mucho que provoque y haga rabiar a Walter (McGraw), este está obligado a seguir defendiéndola, dado su código de honor.

La parte inicial es mi favorita, de noche, las calles de Chicago, los policías llegan a casa de la testigo, sigilosamente, para que los vigías de la mafia no les vean. La recogen, pero mientras bajan las escaleras, son sorprendidos, tiroteo, persecución y huida hacia la estación de tren. Los instantes previos a que suene el primer disparo son geniales, pura tensión y suspense, hasta que todo se desata. El segundo acto quizá es un poco largo, dado que estamos encerrados en el tren, aun así, consigue mantener el pulso y George E. Diskant, el director de fotografía, hace un gran trabajo componiendo los planos, dinamizando las escenas y aprovechando al máximo el escaso espacio del tren. Deja planos tan imaginativos y novedosos como el de aquí abajo, así como imágenes de lo más representativas del cine negro, en especial en esa primera parte urbana. Diskant participó en noirs realmente interesantes, así que no es de extrañar su dominio del claroscuro, entre esas películas encontramos "They Live By Night", "The Racket" o "Kansas City Confidential". El final, que no voy a desvelar, le da al film un suculento valor añadido, gracias a la tensión que genera y a sus giros de guion.

Algunas curiosidades, la película no tiene banda sonora propiamente dicha, las pocas melodías que se escuchan nacen de tocadiscos que aparecen en escena. Son los sonidos del tren los que componen el soundtrack, acompañando a la acción. La película fue rodada en 1950, sin embargo, no se estrenó hasta 1952, el motivo tiene nombre y apellido, Howard Hughes, uno de los villanos de la historia del cine. Para quienes no lo conozcáis fue un millonario aviador que invirtió en la industria cinematográfica, siendo uno de los dueños de RKO Pictures. La historia cuenta que quedó fascinado por el resultado de la película, pero le veía mayor potencial, así que se metió por medio, intentando cambiar parte del guion y regrabar las escenas de Windsor y McGraw, sustituyéndolos por Robert Mitchum y Jane Russell (que acabarían protagonizando “His Kind of Woman”). Todos esos cambios no prosperaron y la película estuvo dos años olvidada en el trastero de la productora.

The Noir Spot

Comentarios

Entradas populares