Batman vol.10 (la boda)

Se hizo de rogar, quizá demasiado, pero el número de la Batboda llegó, aunque por desgracia no se puede decir lo mismo de la boda en sí. ¿Engaño editorial? ¿Fracaso narrativo? ¿Crónica de una decepción esperable? ¿Mal número? A lo largo de las siguientes líneas iremos indagando en estos y otros muchos interrogantes que trajo consigo este polémico número, el cual terminó siendo una pieza más del gran puzzle que es el Batman de Tom King.


Batman #48 y #49
La reacción de El Joker ante la noticia de las nupcias de Batman era uno de los aspectos más interesantes que generó esta esperada línea argumental. ¿Pondría en peligro a Selina ante la amenaza de robarle a su amado murciélago? ¿Sería el encargado de arruinar la boda? Al final ninguna de ambas cuestiones recibió una respuesta afirmativa y la aparición del "rey payaso del crimen" quedó  limitada a dos números, escasos teniendo en cuenta la expectación creada por la editorial. Aun así estos dos números son fantásticos, King siempre ha destacado por sus historias cortas, incluso unitarias, enfocadas en el diálogo y la representación de los personajes, y eso es justo lo que nos ofrece aquí. En esta ocasión no nos encontramos con un gran enfrentamiento entre Batman y El Joker, tampoco con la típica persecución repleta de golpes y trampas, sino que el guionista se libera  a las pocas páginas del combate procedimental para ofrecernos una fantástica secuencia de chascarrillos y comentarios acertados. King consigue teñir los trágicos sucesos de la historia con un filtro de costumbrismo marca de la casa, en especial en el #49, una joya de número lleno de momentos hilarantes en la conversación entre Selina y El Joker mientras ambos se debatían entre la vida y la muerte. El payaso recibe un tratamiento fantástico en estos números, contándonos sus sentimientos y pareceres respecto a Batman y al enlace, con más sentido común del que suele mostrar.

Tal y como nos tiene acostumbrados, Janín realiza un trabajo magnífico en las tareas de narrador, con unas secuencias de lucha dinámicas y estructuras de página plagadas de pequeñas viñetas que recuerdan a Polar de Víctor Santos. Pero no solo eso, también hace un buen trabajo con las muecas y expresiones faciales de los personajes, algo muy importante para una historia de mucho diálogo en estático como ésta. Hubo quién dijo que Janín no fue una buena elección para un número tan expresivo como el #50 (la boda) porque sus rostros no eran tan expresivos, quizá en ese número no está tan acertado, pero aquí tenemos un buen ejemplo de que puede dibujarlos de maravilla.

Finalmente estos dos números, junto al #44, son los únicos dedicados a mostrarnos los preparativos de la boda, lo cual se queda un poco corto, siendo un evento de tales dimensiones. Todas las cuestiones relacionadas con el enlace se trataron en los one-shots subyacentes, que resultaron ser flojos e intrascendentes, la elección final de Alfred como padrino evidenció el poco interés de King en dichos números. Por ello me hubiese gustado que en lugar de los dos arcos argumentales con Poison Ivy y Booster Gold como protagonistas hubiésemos visto a Bruce, Selina y Alfred decidiendo cómo iba a ser la boda. Aunque los dos arcos argumentales mencionados sirvieran para poner los cimientos de Heroes In Crisis y de próximas aventuras de Batman, se sintieron bastante "off topic".

Batman #50
Recepción:
Todos tenemos nuestros gustos, preferencias y deseos, a veces muy arraigados e intensos, pero nunca hay que dejar de lado de la objetividad. Que las cosas no sucedan como esperamos no significa que sean malas, no somos nosotros quienes escribimos las historias, algo que al parecer mucha gente no ha comprendido. Es totalmente plausible sentirse defraudado con el resultado de este número 50, había muchas esperanzas puestas en él y nos las arrebataron de un plumazo, comparto esa sensación. Ahora bien, empezar a arremeter contra Tom King, diciendo que no vas a volver a leer un cómic suyo cuando has disfrutado de toda la etapa... Es importante separar los deseos de la realidad y dejar a los autores contar sus historias. Cada vez que King altera alguna parte de la historia del murciélago se ve obligado a salir pidiendo calma a la gente y recordando que su etapa se alargará hasta el número 105. Me parece bastante triste que un creador tenga que excusarse cada vez, como si no contara con la legitimidad de la editorial.


Sí, a veces los lectores somos injustos y obviamos el funcionamiento del medio. A estas alturas las reglas del juego aplicadas al cómic mainstream son conocidas por todos nosotros y tenerlas presentes ayuda a tener una mayor perspectiva. Cuando entras a jugar, aceptas esas reglas implícitas, arraigadas a la industria y a los personajes, como si de la firma de un contrato intangible se tratase. Que Bruce Wayne nunca dejará de ser Batman, por muchos cambios de status quo que sufra, es evidente, lo cual no significa que con los cánones establecidos no se puedan explorar nuevas fronteras y contar historias distintas. Poner el grito en el cielo porque DC no quiera plantearse la posibilidad de que Batman sea feliz o de que cambie su visión sobre el mundo es algo muy sencillo, también se le puede pedir a Apple que cambie sus diseños o a Coca-Cola Co que haga las latas verdes, pero no lo van a hacer porque en todos esos detalles radica su valor.

La campaña de marketing expansiva que llevó a cabo DC con este número alimentó la sensación de decepción de los lectores, llegando a sentirse engañados. Es una cuestión complicada, han estado vendiendo una historia que al final no ha tenido lugar, lo cual no es muy loable, sin embargo no veo muchas más opciones viables de promocionar el cómic sin spoilear la historia, aunque de eso ya se ocupó la prensa estadounidense.

Resultado:
Ante una historia de largo recorrido y maduración como esta, tenemos que preguntarnos, ¿es coherente la decisión que toma Tom King a través de Selina? Que decida sacrificarse y renunciar a la felicidad junto a Bruce para que su cruzada contra el crimen y defensa de los inocentes pueda continuar, tiene sentido, dado lo visto en este mismo número y en arcos anteriores. King se ha esforzado bastante en reafirmar esa decisión, no ha sido algo salido de la nada. En el arco de Booster ya empezó a dejar indicios, mostrándonos lo caótica que sería Gotham si Bruce Wayne no vistiese la capucha, en los dos números comentados al inicio de artículo El Joker también deja su recado en la mente de Selina, diciéndole que si Batman es feliz no existe y que él lucha porque así sea, finalmente el envenenamiento sucesivo de su amiga, calculado y perpetrado por Bane. Si unimos todos esos sucesos tenemos material más que suficiente para ver que la elección de Selina está justificada.



Ahora bien, ¿que Bruce Wayne sea feliz significa que no puede ser Batman? Bien es cierto que hasta ahora ese supuesto se ha cumplido, el dolor de Bruce es el principal carburante de Batman, pero no  creo que eso sea todo, a estas alturas Bruce tiene el suficiente sentido de justicia como para no dejar de cuidar de los inocentes. Quizá debería enfocar su cruzada de otra manera, puesto que parte de su personalidad podría alterarse, pero no creo que su felicidad signifique el retiro. Aunque aquí vuelve a ser relevante lo que comentaba hace unos párrafos, el exiguo interés de DC de poner en riesgo la gallina de los huevos de oro. Todavía quedan varias decenas de números hasta que King termine de contar su historia, así que confío en que volveremos a ver junta a la pareja. Aunque no sea en matrimonio, me gustaría que el autor desarrollase cómo sería la felicidad de Bruce, o por lo menos el camino que toma para encontrarla.


En el artículo del número 1000 de Action Comics comenté la problemática con la que se encuentran los autores y editoriales al abordar números especiales o de aniversario. En este caso la propuesta narrativa se divide en dos partes que se juntan en el clímax final para darle unidad al número. En primer lugar tenemos el arte secuencial en sí mismo, nunca mejor dicho, puesto que el dibujante no es otro que Mikel Janín. En estas 18 páginas vemos como la pareja decide el lugar y el momento del enlace, mientras consiguen a sus padrinos de boda y a alguien capacitado para unirles en matrimonio. Por otro lado tenemos los pin ups ilustrados por algunos de los dibujantes más importantes de la historia del personaje y de la presente etapa. El propósito de éstas páginas no es otro que ilustrar las las cartas que se han escrito ambos personajes. El problema es que los dibujos en cuestión no tienen ninguna relación con el contenido de los captions, simplemente funcionan como ilustraciones independientes de Batman y Catwoman, lo cual responde únicamente al compromiso de aportar algo distinto a un número especial como este. Además estas páginas entorpecen la narración constantemente, rompiendo el ritmo del suceso central, lo cual resulta molesto. Las ilustraciones son bastante genéricas, pero me quedaría con los de Lee Weeks por su original diseño, Mitch Gerads por devolvernos a las azoteas del número 14 y José Luís García López por ser el más icónico.


Salta a la vista que el resultado del número no fue el deseado para nadie, para los lectores que nos quedamos sin ver la boda prometida y para autores y editorial que vieron como las críticas no fueron especialmente positivas, pese al éxito en términos de marketing que supuso. Más allá de ello, el ejemplar tiene sus fallos, pero tampoco es un desastre, ni mucho  menos, el relato es interesante y conserva la esencia de la colección. Pero sin duda lo mejor del número fue el prometedor futuro que abrió, con los protagonistas separados y los villanos (y amigos) unidos bajo los planes de Bane. No cabe duda que a Tom King le quedan muchas historias por contar y que no nos dejará indiferentes, aquí seguiremos hasta el gran final. Y recordad, siempre nos quedará París el annual 2.

https://www.instagram.com/cronicasdesdeoa/

Comentarios

Entradas populares